La familia está reunida en la mesa. Ya terminaron de almorzar y los platos todavía están vacíos sobre el mantel, mientras la charla discurre sobre el trabajo, el estudio y la semana que está por llegar. La pesadez de los domingos a la tardecita se siente abrumadora en el aire cuando Celeste se levanta, prende el equipo de música y se pone a cantar y a bailar. Todes la miran agradecides de que alguien haya alivianado el ambiente. Su papá se ríe y piensa, como muchos padres, en lo orgulloso que está de su hija.
Celeste Luna vivía en San Juan, era una de les ocho hijes de Vicente Luna y Rosa Tello. “Ella era algo especial, nosotros estábamos tristes y ella nos sacaba una chispa, nos hacía reír”, dice Vicente cuando la recuerda. Cuando Celeste terminó el secundario fue abanderada, su aspiración era seguir la carrera de asistente social para poder ganar su propio sueldo y no depender de sus padres.
El 15 de diciembre del 2019, Matías Daniel Mallea, pareja de Celeste y oficial de policía, la asesinó. Ella tenía 21 años. El juicio contra Mallea se llevó adelante entre el 23 y el 31 de mayo de este año. Hoy, casi como si fuese una reivindicación al reclamo del Ni Una Menos, el acusado fue condenado a prisión perpetua por homicidio doblemente agravado por el vínculo y por violencia de género.
El caso
Celeste Luna y Matías Mallea habían comenzado a salir hacía meses cuando decidieron ir a vivir juntes a Villa Hipódromo, San Juan. Según Vicente y Rosa, elles no tenían noción de que su hija estuviera viviendo situaciones de violencia de género. En su declaración, la madre sostuvo que había visto moretones, pero al preguntarle a Celeste cómo se los había hecho, ella decía que era un golpe con la cama o la mesa de luz.
Jazmín, hermana de Celeste, fue la última en tener contacto con la joven. Salieron de la casa familiar, fueron a una plaza y allí le contó que la relación con Matías no daba para más y que quería separarse de él. “Yo creo que ese fue el motivo que lo llevó a matarla”, piensa Vicente cuando recapitula la historia.
En un primer momento, Mallea sostuvo que Celeste se había suicidado con su arma reglamentaria. Pero las pericias demostraron que había pólvora en las manos de ambos y más en las de él. En el juicio declaró que ella encontró un papel con un número telefónico y el nombre de una chica. En ese momento comenzaron a discutir, ella tomó la pistola, la cargó y le apuntó a la cabeza. Según la historia de Matías, fue en el forcejeo que el arma se disparó.
“Por supuesto que eso es todo una mentira, una estrategia, para culparla a mi hija, para decir que él no la mató”, dice Vicente sobre esta versión de los hechos. Y aclara que su hija no sabía utilizar armas de fuego, ¿cómo podría haberla cargado y quitado los seguros entonces?
Matías Mallea fue acusado de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género. Mientras se esperaba el desarrollo del juicio cumplió prisión preventiva, a la cual su abogado apeló. Hoy fue sentenciado a prisión perpetua.
Apoyo y organización
El padre de Celeste cuenta los días desde que su hija fue asesinada: “En los dos años, cinco meses y ocho días habremos hecho como ocho marchas pidiendo justicia hablando con los jueces, con el presidente de la Corte y pidiendo celeridad en la causa”. El proceso fue muy doloroso para la familia y su único deseo es poder cerrar este capítulo y, en sus palabras, “que Celeste descanse en paz”.
Desde ese 15 diciembre pasaron muchas cosas, entre ellas una pandemia que ralentizó los procesos judiciales y otras instancias que fueron llevando hasta este momento. Pero en ese camino no estuvieron soles. Vicente está muy agradecido con la Asociación Amas de Casa del País y Ni Una Menos, quienes siempre les han acompañado en las movilizaciones. Además, tuvieron el acompañamiento de Atravesados por el femicidio, un grupo conformado por familiares de víctimas de femicidios que brinda contención y asesoramiento. Mientras se desarrolló el juicio estuvieron presentes con pancartas y carteles en la puerta de los Tribunales desde que empezaban las audiencias hasta que terminaban.
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Incluso, este 3 de junio, en el marco del Ni Una Menos, las agrupaciones realizaron actividades y pidieron justicia frente al Tribunal de San Juan mientras adentro se leía la sentencia para Matías Mallea.
Vicente Luna, Rosa Tello y todes les familiares le hicieron frente al complejo sistema judicial, con sus tiempos tiranos y procesos largos y desgastantes. “Esto no se lo deseo a nadie porque perder a una hija así, del modo en que la perdimos, es muy duro, muy doloroso. Y yo entiendo que este dolor lo voy a llevar hasta la muerte”, dijo el papá de Celeste días antes de conocer el veredicto del juicio.