En la primavera de 2012 Mercedes tenía 24 años y mucho por decir: defendía la certeza de que combinar el teatro y la medicina era posible. Frente a la escucha amorosa de una estudiante del tercer año de la carrera de Comunicación, Mechi hablaba de la risa y su capacidad de sanar. Hablaba de mariposas, de puentes, de narices rojas y también de salud mental. La entrevista formaría parte de un documental universitario, pero por culpa de una mala maniobra técnica, la cámara solo tomo su imagen. ¿A dónde quedaron sus palabras?
Era sábado a la noche y la recepción del Teatro Border rebasaba de gente. Pronto se estrenaría Mía, un biodrama que narra la historia de Mechi Bertuzzi, una joven psiquiatra y actriz. "Es la voz de una mujer que decide romper el silencio. Es la voz de un elenco que reconstruye la historia uniendo pequeños fragmentos de recuerdos. Es el deseo de que, en lo colectivo se sigan multiplicando las voces y no los silencios", adelanta la sinopsis de esta obra que aborda la violencia de género de manera testimonial y poética, y desde múltiples aristas.
Mechi se vuelve niña. Le encanta actuar y siempre elige a Julieta, la prometida de Romeo. Mechi susurra canciones de amor y se jura princesa. De grande, Mechi escribe y nombra. Escribe y cuestiona. Escribe y reconoce la violencia de su ex pareja. Escribe y denuncia.
¿Todo vale en el nombre del amor? ¿Cuánto aguanta un cuerpo? Junto a Juliana Gotta y Gonzalo Pungitore, se proponen desenmascarar los abusos invisibilizados y las violencias naturalizadas específicamente en el ambiente intelectual y artístico.
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"Siento liberación. De pronto, todo eso que estaba enroscado en mi cabeza y en mi cuerpo con un código de mucho dolor pudo salir hacia afuera y se transformó en un acto de lucha. Pero también de mucho amor. Mucha gente sintió a la obra como algo que vino a sanar, desde familia y amigues que padecieron esta historia como víctimas secundarias de la violencia, hasta personas que no forman parte de mi círculo, pero sí resonó con situaciones que vivieron o que acompañaron", cuenta Mechi luego del estreno.
Tales fueron las repercusiones que las entradas para las cuatro funciones de Mía se agotaron a los pocos días del debut. Por tal motivo, agregaron nuevas fechas en el CC Matienzo (Pringles 1249, CABA) todos los viernes de agosto a las 20 horas.
Mía demuestra que detrás de las cifras de violencia de género hay historias, rostros, una red que acompaña, pero que también padece. "Vino una mujer que no sabía nada de la historia y nos contaba que hacia el final de la obra le cayó la ficha de todas las mujeres que denuncian violencia. Que cada uno de esos números son personas con familias y con un montón de subjetividades violentadas", puntualiza la actriz.
La sensibilidad que se contagia en la sala durante los minutos previos a la apertura del telón, rompe en aplausos cuando el elenco y el equipo artístico interviene para denunciar. Hay un deseo que late: ¿Podrá Mía ser una herramienta para que otras compañeras puedan tramitar tanto dolor? ¿Podrá Mía ser la llave que rompa la cofradía en los grupos de varones que callan abusos?
Es otoño de 2022. Mercedes tiene 34 años y mucho por decir. Diez años más tarde, esa estudiante de Comunicación ya recibida se sienta en la tercera fila y espera que se apaguen las luces para que empiece la función. ¿Destino o casualidad? ¿Verdad o consecuencia? Las palabras de Mechi por fin brotan, hay una trama que abraza y no quedan dudas: nos sostienen las redes feministas.
Las entradas para la función del 16, 23 y 30 de julio se consiguen a través de Alternativa Teatral o haciendo click acá. Lo obra seguirá girando. Próximamente el equipo informará a través de sus redes sociales cuándo y dónde serán las nuevas presentaciones.
Ficha artístico-técnica
Autoría: Mercedes Bertuzzi
Actúan: Mercedes Bertuzzi, Juliana Gotta, Gonzalo Pungitore
lustraciones: Luciana Bech
Diseño de luces: Aluen Aran Ramírez
Realización de escenografía: Norberto Bech
Realización de vestuario: Sandra Navarro
Realización de objetos: Sandra Navarro
Música original: Tomás Landi
Fotografía: Tute Delacroix
Diseño gráfico: Santiago Bech
Entrenamiento vocal: Pilar Bertuzzi
Asistencia de dirección: Silvia Katz
Colaboración coreográfica: Lucia Giannoni
Dirección: María Tibi