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Las de la última fila

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Las de la última fila es la primera serie del español Daniel Sánchez Arévalo, quién en su filmoteca cuenta con Azul oscuro casi negro, película que le valió tres premios Goya en 2007. Una sinopsis clásica de esta serie disponible en Netflix podría decir que se trata de una serie corta y ágil de seis episodios donde se acompaña el viaje de un grupo de cinco amigas, las cuales repiten este ritual año a año desde la secundaria.

Sin embargo, estas vacaciones cuentan con algo distinto. Una de ellas, que no sabremos quién hasta el final, tiene cáncer y comenzará el tratamiento de quimioterapia. Entonces todas deciden raparse en sororidad con ella y, para este nuevo y especial viaje, poner deseos, retos y pendientes de la vida en una caja. Irán por las calles de Cádiz, España, llevando adelante cada uno de ellos, uno por día, y lo más importante en el trato, sin nombrar al cáncer.

Algunas críticas dicen que la serie va por lugares comunes e incluso hace un mal retrato al asociar cáncer y muerte de manera unívoca. Pero la realidad es que no se trata de una serie sobre el cáncer. Por el contrario, lleva a explorar otros temas como la amistad, la sinceridad, las redes de contención en momentos difíciles. Y es que a pesar de aquello que desató el reto del viaje, todas transitan un nuevo conocerse en lo personal y en lo grupal. Demostrando que las redes nos sostienen, que las amigas están y estarán ahí, incluso para decirnos aquello que no nos gusta tanto, porque así nos construimos. Somos una manada llena de diversidades y matices. Y en ese crisol somos sostén.


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Otra reflexión es cómo estamos día a día corriendo en la vorágine, atrás del reloj y las obligaciones. Se puede ver a cada una de ellas en su vida de trabajo, familiar, con las tareas de cuidado a la cabeza. Haciendo un paralelo con la vida de cualquier mujer, en ocasiones perdemos el foco de los deseos propios, de aquello que nos reinicia y recarga.

La sociedad y sus códigos nos han enseñado que los vínculos primarios son la familia de sangre, les hijes, la pareja y cuando ponemos a los otros en valor parece que estamos haciendo algo mal. Sin embargo, en Las de la última fila podemos pensar y desarmar este statu quo y revalorizar los vínculos de amistad. Después de todo, y ante todo, son las amigas quienes están en buenas y malas, con sus consejos, retos, una musiquita que reconecte y si se puede, una copita de vino.                                                                                     



Por último, el mundo patriarcal y capitalista nos quiere compitiendo entre nosotras, porque sabe que juntas somos más y somos fuertes, contra todo podemos y vencemos. Entonces una serie que retrata la unión y la fuerza de los lazos entre mujeres, más allá de los años, las diferencias y los conflictos, es un acto revolucionario. Las de la última fila invita a mirarnos para adentro y a los costados, nos invita a revincularnos y sobre todo a dar mucho mucho valor a las personas que son esa red, en la que sabemos que si caemos, nos saca a flote, nos rescata. 


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