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Mucha Pepper: trap, pop y reggaetón con conciencia social

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“No más casillas, no más cajones. Basta ya de meter a todo el mundo en moldes, cuando está lleno de opciones”. Así comienza uno de los hitazos de Mucha Pepper, “Los pitos y las tetas”, que entona: “No más patrones, no más definiciones, no más etiquetas. Estamos hasta los cojones de aquí los pitos y aquí las tetas”. 

Con esta simpatía, esta banda española introduce dentro del Caballo de Troya del pop, trap, hip hop, reggaetón y otros géneros musicales, usualmente dominados por el machismo y la heteronorma, mensajes que abogan por la igualdad y el respeto.

Mucha Pepper hace canciones que dicen cosas. Habla sobre cosificación, gordoodio, racismo, eutanasia, diversidad sexual, identidad de género, aborto, violencia doméstica, discriminación por edad, materialismo, banalidad en redes, micromachismos y tantas otras temáticas que con fuerte crítica social y cultural invitan a perrear hasta el suelo.

Así se define Mucha Pepper: disidencia frente a los valores del main-stream, lucha social en forma de música. “¿En qué canción de reggaetón o pop te hablan de la eutanasia? Con Mucha Pepper se llega a gente a la que nunca se le hubiese ocurrido hablar sobre ciertos temas, y la intención es iniciar debates”, contó Pepper “Pepa” Solana, cantante de Mucha Pepper, en diálogo con Feminacida. “Hija, que yo hablo hasta por los codos”, bromeó Pepa tras más de una hora de entrevista concedida desde Nueva York. ¿Qué tanto tiene Pepa para decir? 



“Adelgazo, luego existo”

EL gordoodio y la exigencia estética hacia los cuerpos feminizados es un tema recurrente en las canciones de Mucha Pepper, y a esto le dedica “Gorditas”, “¿Que no qué?” y “Ropita de Barbie” a fin de visibilizar que “hay una ley en la calle que no sé quién coño impuso, seguramente una gente con el gustito en el culo, que dice que una mujer debe ser de una manera con unas ciertas medidas y las demás quedan fuera”.

Si bien “Gorditas” provoca enojo social y ganas de bailar al mismo tiempo, tiene una fuerte historia detrás: “Sólo porque no tengo un cuerpo de barbie tradicional, la industria de la música me da mucho la espalda. De hecho, a mí me cayó mucho hate con esa canción, porque yo no tengo una talla normativa en absoluto pero tampoco tengo sobrepeso, entonces creen que no puedo hablar del tema”.



¿Por qué el peso de una persona valida o no sus palabras? Pepa, con los años, comprendió que lo que está mal no es su cuerpo, sino la exigencia estética que recae sobre los cuerpos para permitirles “existir”. Pero esto no siempre fue así para la cantante: “Sí tuve sobrepeso de pequeña. Me hicieron mucho bullying y en mi obsesión por adelgazar tuve bulimia y anorexia. Este tema no es para nada una pavada”. 

Junto a su productor, Jorge Pérez, escribieron una canción para desmitificar que para existir es necesario adelgazar y que “hay que romper en pedazos ese tipo de simpleza, en que unos tantos dictan nuestro cánon de belleza. Somos mucho más que un cuerpo; somos alma e intelecto, somos la fuerza del mundo, el motor del universo, así que… ¡Gorditas, no somos menos bonitas!”.

“La gente también nos ha caído por el otro lado: que promovemos la obesidad. No. Eso es una estupidez. Siempre el foco está en la mujer al momento de criticar y la mayoría son hombres. No quiero generalizar, pero ellos son quienes están que ‘las mujeres deberían hacer esto’, o que ‘las feministas deberían hacer aquello otro’”, protestó la entrevistada, quien detalló que hasta recibió amenazas por mensajes privados. 



Sexualización y empoderamiento

Es frecuente escuchar que a mujeres con poca ropa se las considere “empoderadas” por entenderlas seguras de su propio cuerpo y dueñas de su estética. Y, en muchos casos, es así. Pero el empoderamiento “es un camino individual y no para todas es igual”. Mucha Pepper invita a cuestionar esta premisa muy sujeta a la era de las redes sociales y la hipersexualización, para así elegir con consciencia cuál es la propia forma de “empoderarse” de cada mujer y disidencia. 

En “Que no qué?”, Pepa lo deja claro: “Quisiera mostrar mi arte al mundo sin tener que mostrar el culo, no tener que ir en pelotas para sentirse empoderada; no tener que estar cañón para poder ser escuchada”. Es que este tipo de empoderamiento parece ser validado por el patriarcado sólo si se trata de un cuerpo hegemónico. De lo contrario, “sólo habrá crueldad y  discriminación”. 



Sobre esto, desarrolló: “El machismo cambia nuestras narrativas y nos hace creer que salir en tetas es empoderamiento. Y no, el empoderamiento está en hacer lo que a una realmente le dé la gana con su cuerpo y con su vida. Y eso puede ser con un jersey de cuello y unas gafas”. 

Según Pepa, hay que atender la libertad individual y de expresión, por lo que “si a ti te empodera salir desnuda, perfecto, pero que sea porque te empodera y que no sea por la presión del sistema”. 

En la canción “Micromachismos”, esto queda ejemplificado: “Si en tus videoclips de mierda, ellas tienen que ir desnudas y ellos van todos tapaditos. Ellas han de estar guapas, lo que tiene el patriarcado; ellos pueden ser feos, porque pueden ser listos”. 

Pepper denuncia que “ellas tienen que estar perreando y sudando, pero también tienen que tener 19 años o parecer que tienen 12”: “Esto es una cosa que me da pánico. Me di cuenta de que este mundo está lleno de pedófilos. Si piensas en los tipos de artistas normativos, te das cuenta de ello. Y esto no es culpa de ellas, hay toda una industria detrás que presiona. Por eso es importante tener información, pues nos lavan el cerebro constantemente y el patriarcado factura muchísimo con nuestros cuerpos”.

Finalmente, Pepa insta a que cada una elija la forma en que se sienta cómoda siendo quién es, sin importar cuánta ropa lleve y comprender que existen los “contextos” que se pueden elegir para honrar la libertad de vivir la sexualidad. 

La cantante trabaja también en un teatro de varieté, donde explota su erotismo: “Viví tantos años con vergüenza de mi propio cuerpo, sufriendo tanto, que para mí hoy ser parte de un cabaret es empoderante. Es aceptar mi cuerpo y mis tallas”. Ella elige ese contexto para vivir su sexualidad y encara su carrera musical desde otra perspectiva. Aún así, denuncia que muchos hombres la hipersexualizan y acosan: “Una foto de mi cuerpo no es una invitación. Otro aspecto de la importancia de comprender que existen contextos para cada cosa, es entender que los desnudos no tienen porqué ser sexuales. Una teta es una bola de grasa, no un objeto sexual, literal. Siempre depende de los contextos”.



Quién escucha

En una nota periodística, un libro, una película, o en una canción, identificar al público y las repercusiones del contenido presentado es tarea difícil. “Una nunca sabe quién te escucha y qué le provocó tu música”, reflexionó Solana. Pero ella vivió una excepción que la dejó marcada. La mamá de una niña trans le escribió una carta para agradecerle que la canción “Los pitos y las tetas”, que habla de la libertad de géneros y autoaceptación, había salvado a su hija de una fuerte depresión. “Fue uno de los mensajes más bonitos que me han enviado. Me dijo ‘mira, mi hija es trans, estaba completamente deprimida, quería suicidarse, sentía que estaba solísima y encontró vuestro tema, y dice que desde que conoció Mucha Pepper se sintió que pertenecía, que alguien la veía y la entendía. Que había más gente como ella bailando y cantando". 

Es que de eso se trata este proyecto, de “remover las aguas”, generar conversaciones “incluso en la gente que no le guste MP”, porque una nunca sabe quién escucha y, al fin y al cabo, “los pequeños cambios marcan las diferencias más grandes”. “La gente que escucha reggaetón sólo escucha de cuán grande tiene en culo una piba, pues nosotros desde esa música les hablamos de libertad”, puntualizó. 

¿Qué lleva a una adolescente a querer quitarse la vida? ¿Qué provoca la inseguridad de tantas mujeres y disidencias? Los mensajes hegemónicos que refuerzan la gordofobia, la invisibilización de la diversidad corporal o sexual, los estereotipos de género, la hipersexualización y cosificación de mujeres y disidencias, los mensajes machistas o violentos no son inocentes y mucho menos inofensivos. Son micromachismos, y es allí donde residen “los verdaderos cambios”. Sin ir más lejos, en la canción “Micromachismos”, la intérprete no sólo habla de ello, sino también de la violencia de género “a la espera de que a alguna mujer que escuche la canción le ayude a darse cuenta que debe denunciar a su agresor antes de que algo realmente grave suceda”: “Y con esas amenazas de manita levantada, que hasta el día que pasa algo nunca había pasado nada. Un día más prohibido que nunca y tan quemado como siempre, un día en el que en el curro le fue mal y ha discutido con gente, vuelven aquellas amenazas que quisiste no creerte, pero esa mano ahora ya sí baja fuerte”.



Pepa es consciente de que con esto no se resuelven los problemas por completo, “pero sí iniciamos el camino que de otra manera no se habría iniciado y buscamos darles aliento a quienes este sistema perjudica”, explica Pepa, tal como lo hace en sus canciones. “Quiérete bien, seas como seas, que unas medidas no definen tu belleza. Sonríete, con la certeza, de que sólo tú eres dueña de tu grandeza”. 

Bajo esta premisa, Mucha Pepper invita a ser más responsables de los mensajes que damos, incluso en nuestras redes sociales. A través de su canción “Influencer”, cuestiona la labor de aquellas personas que intentan influir en cómo vivir, pensar, vestir y verse: “La gente no se da cuenta de lo importante que es usar tu influencia para algo positivo. Los mensajes sobre las cosas que nos importan afectan a otras personas. Hay que ser conscientes de lo que hacemos”.



“Con unas redes enfermas, en las que cuanto más banal más viral, encarnas mejor que nadie el concepto de lo que es ser superficial. No haces el mínimo esfuerzo por usar tu posición para influir en algunas cositas que hagan de éste un mundo mejor. Influencer sin conciencia, ¿de qué sirve tu influencia?”.

Desnaturalizar la violencia en la música es posible. Bailar y tararear que “gorditas no somos menos bonitas” o que sí podemos hacer aquello que siempre nos dijeron que no hasta creérnoslo, internalizarlo también es posible, tal como dice el tema “Qué no qué?”: “Que no, mujer, que no, que no, que no. Que no lo puedes hacer. Que no, mujer… ¿Qué no qué? Pues vamos a hacerlo, para que veas que es verdad y que sólo es cuestión de creérnoslo. Pues vamos a hacerlo, con un poco de tu ayuda para que lo vean quienes tengan que verlo”. 

Que lo vean y lo escuchen quienes tengan que hacerlo. A darle play a lo que querramos ser.  



 


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