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GELP: desplazaron a la primera Subcomisión de Género

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La nueva comisión directiva del club Gimnasia y Esgrima de La Plata, la cual asumió en diciembre de 2022, decidió desplazar de forma arbitraria a la primera Subcomisión de Género. El hecho se da en medio de un problema institucional por supuestos abusos y violencias en los rituales de iniciación que trascendieron en febrero pasado.

Desde 2018, un grupo de socias del club se organizó para militar y trabajar temáticas de género por y para el club platense y formaron un espacio —el segundo en clubes perteneciente a la Asociación Argentina de Fútbol (AFA) en el país—. Con gran esfuerzo lograron que se institucionalizara.

En entrevista con Feminacida, una de sus promotoras, ahora ex integrante, relata: “Este espacio surgió como un trabajo que unió el amor por el club y la militancia feminista. Un trabajo arduo que veníamos haciendo desde hacía cinco años y que en 2020, a través de una reunión con la Comisión Directiva anterior, habíamos logrado que, de forma unánime, se aprobara la Subcomisión. Esto implicó más autonomía como espacio institucional ya que previamente formábamos parte de un área que dependía de la Subcomisión de Cultura y Museo”.

Dentro del espacio, las compañeras tenían diferentes roles: el manejo de la comunicación, la gestión de talleres que se articulaban con distintos organismos u organizaciones en torno a diferentes temáticas y la gestión de un equipo interdisciplinario que intervenía ante las situaciones que daban lugar a la activación del "Protocolo por Motivos de Violencia y/o Discriminación por Motivos de género y/u Orientación sexual".



El espacio institucional que prevé el estatuto son las subcomisiones, las cuales deberían trascender cualquier tipo de gestión política partidaria dentro del club. Son espacios de y para socies. Sin embargo, y luego de cinco años de trabajo no remunerado para el club, la nueva comisión directiva —a cargo de Mariano Cowen como presidente y sus tres vicepresidentes: Juan Pablo Arrien, Salvador Robustelli y Rodolfo Acerbi— disolvió dicha Subcomisión.

“Cuando asumió la nueva gestión en diciembre 2022, tomamos conocimiento de que creaban una Secretaría de Género y Diversidad por acta, ya que por estatuto no se pueden conformar nuevas secretarías. Al ponernos en contacto con la persona que designaron como secretaria, quien además es parte de la comisión directiva, nos pusimos a disposición para saber cómo se articularía nuestro trabajo como Subcomisión con esta nueva Secretaría”, cuenta otra ex integrante.

Durante las reuniones que tenían como finalidad intentar articular espacios, las integrantes de la Subcomisión consultaron insistentemente cuáles serían las metodologías de trabajo, lineamientos y horarios de reuniones. “Nunca nos pudieron dar una certeza sobre esto. Simplemente nos decían que eligiéramos si queríamos continuar o no y que todo lo demás ‘después se veía’. Desde el principio, esta situación no nos parecía adecuada y dejaba mucho que desear, más en el marco del trabajo serio, comprometido y responsable que siempre llevamos adelante”, denuncian las compañeras. 

En medio de esta desorganización surgió un caso que daba lugar a la activación del protocolo contra las violencias, por lo que las integrantes de la Subcomisión se pusieron en contacto con la Secretaría y allí les dieron aviso de que ésta ya había tomado intervención. “Esta decisión se tomó sin haber activado el protocolo, y por supuesto sin dar lugar a la intervención del equipo interdisciplinario que ya venía trabajando”, amplían las entrevistadas.

El trabajo como parte de una Subcomisión, en general, es una cuestión de militancia. Son espacios que crean sus socies, quienes ponen su tiempo a disposición del club, así como conocimientos y muchas veces hasta recursos económicos. Las elecciones de autoridades históricamente fueron por votación entre participantes y la finalidad siempre fue hacer al club un lugar más inclusivo y equitativo para todes.  

Finalmente la dirigenta responsable del área de Género presentó una lista de autoridades nuevas de la Subcomisión sin tener en cuenta a quienes ya estaban a cargo, ocultando día y horario de votación. En ese marco, las compañeras solicitaron una nueva reunión con el presidente del club donde debían participar él, uno de los secretarios generales y la secretaria de Género. En la reunión hubo 14 personas quienes, entre ninguneos, risas y faltas de respeto, les dijeron que “si bien las formas eran poco éticas, a su vez son legales" y que las subcomisiones eran herramientas, brazos de la dirigencia de turno por lo que, a partir de ese momento ellos decidían que las votaciones para designar aquellos equipos de trabajo dejaban de hacerse mediante votación y pasarían a ser designados por la comisión directiva.


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Las integrantes a quienes expulsaron fueron cuestionadas en todo momento. “Se intentó posicionarnos como parte de una gestión anterior, funcionales a ellos, para quitarnos legitimidad en nuestro compromiso. Y también, siguiendo la línea del último intento de articulación, nos invitaron a participar bajo sus lineamientos y condiciones sin posibilidad de una construcción colectiva. Lineamientos que no fueron compartidos impidiéndonos la opción de decidir si estábamos de acuerdo o no con la metodología de trabajo. Cuestionaron nuestra militancia y nuestro amor por Gimnasia”, continúa una de las ex integrantes.

Esta situación no es el primer antecedente y deja en evidencia lo endeble de las políticas de género en los clubes. Más allá de los avances del feminismo en las últimas décadas, y particularmente desde el año 2015 con el impulso del NI Una Menos, las dirigencias siguen conformadas en su mayoría por varones, sin perspectiva de género ni un real interés en construir desde estos lineamientos. 

A fines del 2019, la Asociación Argentina de Fútbol (AFA) comunicó la creación de su Departamento de Equidad y Género, un espacio que tiene por objetivo trabajar por la inclusión de mujeres, infancias, adolescentes, comunidades indígenas y personas con diferentes discapacidades en el fútbol.


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Desde el punto de vista legal, estos intercambios se han enmarcado en diversas normativas. Una de ellas es la Ley Nº 27.202 de Deporte, la cual estableció en 2015 que debe existir un cupo mínimo del 20 por ciento para mujeres y jóvenes menores de 29 años en las comisiones directivas de las asociaciones civiles deportivas. Sin embargo, según un informe de Argentina Amateur, a nivel nacional, entre 1.000 dirigentes, las mujeres alcanzan una presencia del 17 por ciento.

La Ley de Deporte, sancionada en 2015, estableció que debe haber al menos un 20 por ciento de candidatas femeninas en las listas que se presenten para dirigir las asociaciones civiles deportivas. Sin embargo, lejos de ser un fenómeno extendido, las mujeres se encuentran a diario con obstáculos para conquistar espacios históricamente dominado por hombres.

“Entendemos que los espacios institucionales trascienden a las personas y que nuestro trabajo es por y para Gimnasia y no nuestro, pero también entendemos que trabajar género en los clubes es mover las estructuras, incomodar, poner en jaque la forma en la que se gestiona y lleva adelante la Institución. Por eso la militancia dentro del club no puede ser nunca funcional a la dirigencia de turno y mucho menos empezar su gestión violentando a quienes impulsaron y sostuvieron el espacio que hoy ellos ocupan”, concluyen.


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