Mi Carrito

Suavecita, soltera y precarizada

Compartí esta nota en redes

Por Sofía Leibovich de Farsa Mag

Dicen que las manos de Suavecita son las más suaves del conurbano, quizás del mundo. También dicen que hace curas milagrosas a enfermos terminales que solo responden a su tacto. Esta obra alucinante, cómica y un poco trágica trata sobre el poder de la fantasía, la enfermedad, la medicina tradicional, la magia, los santos populares y la carga de haber sido “bendecida” con un don. No vamos a revelar mucho porque es de esas obras que hay que verlas y no explicarlas: se corre el riesgo de anular su magia.

Suavecita es una mujer terrenal que trabaja en un hospital del conurbano a punto de caerse a pedazos. Es una mezcla entre María Magdalena y Jesús, santa y pecadora a la vez. En el hospital hay capillas donde suceden milagros, enfermos terminales representados con muñecos y un siniestro Dr. Rodríguez (al que nunca vemos) que está a cargo de los pacientes.

Este unipersonal increíble está protagonizado por Camila Peralta, y fue escrito y dirigido por Martín Bontempo. Camila encarna a Suavecita, una mujer tímida, torpe, algo rara y con ojos saltones a la que le cuesta pronunciar las palabras largas y complicadas, una mujer que puede ser tanto tierna como ferozmente sensual. Camina ligeramente encorvada, usa tacos y un saquito largo que deja entrever su escote y un corpiño fucsia de encaje. La actuación de Camila es sublime. Pasa en un segundo de la timidez a la desfachatez, de la torpeza a la sensualidad, se transforma en otros personajes, se convierte en una vieja y en María Magdalena con una fluidez alucinante.



El texto de Bontempo es impecable: es cómico, inteligente, sensible, alocado pero verosímil. La puesta en escena es sutil y efectiva: se usan telas que permiten ver la silueta de la actriz a contraluz y se sugiere sin explicitar, dejando que la imaginación del espectador cobre vuelo. El escenario se transforma en la habitación de un hospital público, una capilla y una parada de colectivo afuera del hospital. La iluminación y el diseño de sonido contribuyen a transportarnos a un universo familiar pero ligeramente distorsionado. 

Suavecita es una obra imperdible, recomendada a todo el mundo. Es una oportunidad para empatizar con la protagonista, para reírse (mucho) y quedarse con la boca abierta ante la magia del teatro.



Suavecita puede verse los jueves a las 21 horas en Nün Teatro Bar (Juan Ramírez de Velasco 419, CABA). Las entradas se consiguen por Alternativa Teatral o haciendo click acá.  


Compartí esta nota en redes