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La historia del fútbol femenino está en deuda con Yanina Gaitán

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Yanina Gaitán es la primera jugadora argentina en convertir un gol para la selección femenina de fútbol, en el marco de una Copa Mundial Femenina FIFA. La hazaña tuvo lugar en septiembre de  2003, en un partido que Argentina disputó contra Alemania en el marco del Mundial organizado por Estados Unidos. 20 años después, los sueños de gloria siguen intactos y el contexto habilita nuevos horizontes para jugadoras históricas. 

Con un origen deportivo en el Club Social y Deportivo Yupanqui de Villa Lugano, participó en el torneo oficial de fútbol femenino argentino en 1991. Yanina también jugó en Boca Juniors, Racing Club, River Plate y San Lorenzo de Almagro. Narra con cariño sus primeros pasos en el fútbol, recordando las tardes de potrero con su hermano y amigos —quienes pedían que ella también salga a jugar—, y repartiendo sus días entre la escuela primaria y los entrenamientos.

La secundaria la transitó viajando desde su escuela, sita en Caballito, hasta Núñez, donde entrenaba con River Plate hasta las diez de la noche. El equilibrio entre educación, su desarrollo como deportista y trabajo se mantuvo durante toda su carrera dado que, a cambio de su participación en los equipos, solo recibían viáticos.

En sus palabras, la televisación de los partidos a fines de los noventa dio lugar a una etapa en la cual les comenzaron a dar viáticos en cada encuentro. “Nos citaban antes de los partidos para almorzar en el club y salir en micro a la cancha donde nos tocaba de visitante, de local hacíamos ahí en la auxiliar. Eso se extendió hasta el 2000 cuando me fui de River”, cuenta Yanina.  

Participar de un mundial no era un horizonte posible para muchas jugadoras. Yanina recuerda sus inicios con la redonda en el barrio con su hermano, época en la cual sus ídolos eran jugadores de la liga masculina porque el fútbol de mujeres en Argentina recién se había reconocido como práctica deportiva oficial en 1991 y no tenía la visibilidad actual. El hecho de no tener posters ni ídolas es una de las grandes deudas que la Argentina ha tenido para con las mujeres y disidencias que escogieron el fútbol como pasión y profesión. Es por eso que, en el marco de la copa Australia Nueva Zelanda, la campaña de YPF con afiches de las figuras actuales de la selección parecería ser una curita en el corazón de estas infancias y adolescencias que comienzan a pensar en el mundial como un sueño posible.

En este sentido, Yanina señala que, de poder tener los pósters de figuras de la selección y correr a pedir autógrafos como hacen hoy tantas infancias, sus jugadoras actuales elegidas serían Lorena Benítez y Florencia Bonsegundo.

Pero la situación actual de la selección claramente no es la que vivió Yanina. Ella relata que ser jugadora de selección en la década de los 90 y en los 2000 fue diferente. "En los comienzos entrenábamos y al término teníamos una vianda, luego sumaron los viáticos; y por último los viáticos por los entrenamientos y por los diversos viajes al exterior. Después del año 98 en adelante se cobraban los viajes al exterior. En los partidos subsiguientes al 2003 también cobrábamos por el viaje al exterior y por representar a nuestro país en el Mundial", aclara.

Más allá de las condiciones económicas de cada convocatoria, Yanina recuerda la emoción de ser elegida para representar al país. Su primer llamado lo recibió a los 14 años, cuando jugaba en Yupanqui; mientras que la del 2003 se grabó en su corazón. "La famosa lista de convocatoria era un antes y un después: esperar el anuncio te generaba ansiedad y nerviosismo a la vez. En esa época entrenábamos en el Cenard y la lista la dio el entrenador en el vestuario, al finalizar el entrenamiento. Fue lindo y emocionante saber que estaba dentro de las que iban al mundial, me generó mucha alegría, emoción; pero también tristeza porque era feo para las que quedaban desafectadas”, relata la exjugadora.  

Yanina compara esa emoción con el sentimiento de haber convertido el primer gol de la historia de la selección femenina Argentina en competencias internacionales FIFA (ya que el Elva Selva fue la primera en regalarle un triunfo a nuestro país, en la Copa Femenina Mundial México 1971). La jugadora relata que lo primero que se le vino a la cabeza en ese momento fueron su mamá y hermano, quienes siempre la acompañaron y ayudaron a que pueda continuar formándose y participando de los entrenamientos. Mientras que su reacción fue correr a abrazarse con las compañeras y con el preparador físico del equipo, ya que lo señala como un gran pilar de su carrera por el apoyo que éste brindaba al grupo.



Sin saberlo, Yanina Gaitán escribió la página uno de un libro de historias que comienzan a cobrar protagonismo, pero que todavía no reciben el reconocimiento merecido: "Participar del primer mundial y hacer el primer gol es un orgullo para  nosotras, pero se dice muy poco, y nada se hace. Nosotras fuimos las pioneras del equipo oficial y poco se habla. Por ejemplo, para que te des una idea, nunca nos invitaron al predio a un encuentro con el plantel actual. En general no conocemos personalmente a las jugadoras actuales, ni tuvimos algún encuentro en el predio de AFA. Yo conozco a algunas por haberlas cruzado en el club; con Vanina Correa fuimos compañeras en la selección; a Laurina Oliveros la dirigí en UAI. Pero a algunas ni eso, nos podrían haber presentado oficialmente, pero no pasó”.

Pese a todas las deudas pendientes del deporte, esta luchadora de toda la cancha no se amedrenta y sigue en busca de sus sueños. En lo profesional, aspira al reconocimiento de su trayectoria y, sobre todo, a desempeñarse como directora técnica en el fútbol local. De acuerdo a la deportista, quien en 2021 se desempeñó como DT del equipo femenino de Club Social y Deportivo Camioneros, le han ofrecido proyectos formativos para inferiores en clubes de gran nivel, pero éstos no suponían un salario acorde a la tarea, cuando no suponían una tarea ad honorem.  


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Inquieta, comprometida y buena compañera, Yanina no limitó su amor al deporte a los confines de una cancha, sino que decidió acrecentarlo académicamente. Con una formación de base como profesora nacional de educación física, se perfeccionó como instructora en Musculación y Personal Trainer e instructora en Pilates Reformer. Se formó como Directora Técnica Nacional y actualmente se encuentra realizando una especialización en atletismo. Lejos de confiar en que las oportunidades lluevan, esta jugadora se prepara para desempeñarse profesionalmente como DT, oportunidad que no dudamos que llegará más temprano que tarde. 

Mundial y fútbol en la actualidad 

“Hoy el fútbol femenino está en un gran crecimiento, no tiene techo y la sociedad culturalmente está cambiando también. Eso es un componente que ayuda mucho al crecimiento de la disciplina”, señala Yanina. Pero también agrega que, para garantizar el desarrollo de la disciplina a nivel profesional en Argentina, es preciso contar con mayor inversión y proyección de proyectos inclusivos a corto y mediano plazo. 



No quiere que otras vivan lo mismo que ella, por eso recuerda su trayectoria y señala que tras su hito deportivo más valioso, su presente profesional no se vio modificado. Por el contrario, debió renunciar a la selección Argentina porque los horarios de su trabajo le impedían participar de los entrenamientos oficiales. Confía en que esto no se repita para las jugadoras en la actualidad porque de hecho, desde su punto de vista, la Copa Mundial Femenina de Fútbol es una gran vidriera para mostrarse, hay mayor televisación y difusión de las selecciones del mundo en las redes sociales, lo cual aumenta el interés de los sponsor y abre un horizonte de posibilidades más amplio para muchas jugadoras. 

Sobre la competencia mundial actual, agrega que la selección argentina cuenta con una ventaja respecto a su participación, que es la experiencia en encuentros internacionales. De todos modos, agrega: “La fase de grupos nunca es fácil, pero la sangre argentina tiene esa  pasión que siempre es un plus a la hora de jugar los partidos con la camiseta albiceleste”. Y se cuela su perfil de DT para aconsejar que “las jugadoras tienen que estar concentradas desde el inicio, confiar en su virtud, y nunca bajar la brazos: para esto tienen q estar fuertes de cabeza, saber cuáles pueden ser las diferentes realidades que es parte del juego, no tener miedo a los cambios en el partido. En definitiva, tienen que ser fuertes e inteligentes mentalmente para jugar ordenadas y desarrollar la táctica que les haya pedido el entrenador”.


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20 años después de su primer gol histórico, el reconocimiento de los medios de comunicación y de la historia de este deporte tarda en llegar. Pero hay recompensa, reza un himno de nuestro rock nacional. Y la Copa Femenina de Fútbol 2023 está ofreciendo grandes récords históricos de consumo televisivo, venta de entradas, participación de selecciones relegadas y batacazos que ilusionan a muchas naciones. 

Es en el marco de este contexto esperanzador que esta deportista histórica cierra la entrevista dejándole un mensaje a esa Yani de 12 años que en los ‘90 comenzaba a conectar con la redonda para encontrar felicidad en un contexto personal complejo: “A esa nena le diría que se divierta con la pelota, que si eso la hace feliz, que juegue libremente. También le pediría que siga expresando tanto sus alegrías como sus tristezas dentro de un campo de juego, con la pelota en los pies. Y, por último, que confíe en la pasión que tiene hoy, ya que con esfuerzo le pueden aparecer oportunidades maravillosas.”


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