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La Universidad de Avellaneda entrega preservativos vaginales gratuitos y sin látex

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Hasta hace poco más de un mes, el preservativo vaginal era poco conocido en Argentina y difícil de conseguir si se elegía como método de barrera. Además, al haber poca difusión sobre su uso, muchas personas consultadas para un estudio reportaba dificultades en la primera práctica de colocación. Según la investigación impulsada en 2022 por la Coordinación Salud Sexual, VIH e ITS del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires en asociación con la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), la Red Nacional de Jóvenes y Adolescentes para la Salud Sexual y Reproductiva (RedNac) y otras organizaciones de la sociedad civil, para el 68 por ciento el primer contacto con el profiláctico no fue simple.

Desde junio, gracias a un acuerdo entre el Ministerio de Salud y algunas universidades nacionales, los preservativos vaginales son distribuidos de manera gratuita en algunas de estas instituciones. Victoria Primante es coordinadora del Programa Transversal de Políticas de Géneros y Diversidades de la Universidad Nacional de Avellaneda. En diálogo con Feminacida, detalla algunas cuestiones claves sobre este método de barrera y anticonceptivo que augura algo más de autonomía en cuanto a salud sexual (no) reproductiva.

¿En qué aspectos es importante este método de barrera en tanto se suma al preservativo para penes?

La implementación del preservativo vaginal resulta fundamental en varios aspectos. Principalmente representa un avance en términos de autonomía para las personas con vagina en cuanto a la posibilidad de decidir cuándo y cómo llevar adelante sus prácticas de autocuidado ante un encuentro sexual. Este insumo, que puede ser colocado hasta 8 horas antes de su uso, constituye además una estrategia clave de prevención para aquellas personas que se encuentran en situación de violencia por motivos de género. Sabemos que para algunas personas el momento de negociación del uso de un método barrera para el acto sexual resulta complejo o incómodo, por existir vínculos asimétricos, por no contar con las herramientas o por no estar dadas las condiciones. Sabemos también que en muchas ocasiones el varón cis se retira el preservativo en medio del acto sexual sin consentimiento, lo cual constituye un hecho de violencia sexual. Ante estos escenarios la posibilidad de decidir la utilización de un método barrera y de colocarlo con anterioridad al encuentro sexual, puede funcionar como un método de prevención de estas formas de violencia.



¿Por qué se piensa como un insumo estratégico?

El hecho de poder ser colocado con horas de anterioridad a su uso lo ubica como un insumo estratégico para el cuidado de la población joven y de personas con algún tipo de consumo de sustancias que disminuyan o alteren el estado de conciencia y en consecuencia la capacidad de tomar decisiones respecto al autocuidado. Constituye el único método de distribución gratuita para las personas alérgicas al látex. Hasta ahora, la única opción para estas personas era comprar preservativos que tienen un costo de hasta 2 o 3 veces más que los preservativos de látex. El preservativo vaginal es el primer preservativo de nitrilo, apto para personas alérgicas al látex, de distribución gratuita.


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Como bien indica Primante, el preservativo vaginal es una respuesta también a situaciones violentas y naturalizadas como la negociación al momento de su uso. Al ya no estar la decisión en manos de los varones cis, se gana cierto poder sobre el propio cuidado aunque nunca debería haber sido una discusión. 

Por otro lado, si bien en nuestro país existe la ley de Educación Sexual Integral (ESI) sancionada en 2006, muchas veces no se implementa en ciertas instituciones y su aplicación no está contemplada dentro del sistema universitario. Sobre este tema, la coordinadora del programa de la Universidad de Avellaneda, una de las casas de altos estudios donde se distribuyen los preservativos, remarca algunas cuestiones.

¿Cuál es la importancia e intención de llevar cuestiones de salud por fuera de las instituciones de salud?

Las universidades públicas de nuestro país vienen trabajando desde hace años en materia de promoción de derechos. Particularmente desde los espacios universitarios de género, que se nuclean en la Red Interuniversitaria por la Igualdad de Género y Contra las Violencias (RUGE), venimos desarrollando una agenda que contribuya con la igualdad y la democratización en el acceso, la permanencia y el egreso del sistema universitario. Si bien fue una red que surge en el 2015, al calor del primer "Ni Una Menos" y muy ligada a la atención y prevención de la violencia por motivos de género, rápidamente adoptó un fuerte compromiso con las diversas banderas de los movimientos feministas y de la diversidad. En esa ampliación de la agenda aparecieron los primeros espacios de consejerías universitarias en salud sexual, entendiendo el ejercicio de la ciudadanía sexual como un derecho humano y su vulneración como una barrera para el pleno ejercicio de otros derechos, como el derecho a la educación superior. En este sentido, temas como el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo, a métodos anticonceptivos o a productos de gestión menstrual comienzan a ocupar un espacio central de las políticas universitarias de género. 


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Aún queda una deuda por saldar: el preservativo para vulvas

Si bien el preservativo vaginal es una gran iniciativa y llegó para cubrir un espacio que estaba pendiente de ser atendido, aún persiste una deuda que tiene que ver con la necesidad de un preservativo para todos los cuerpos y prácticas sexuales. El también llamado “preservativo interno”, es claro, sólo contempla prácticas sexuales que incluyen penetración pene-vagina, por lo tanto, prácticas heterocis que dejan por fuera garantizar el derecho a la salud integral y el placer de lesbianas, bisexuales, masculinidades trans, no binaries, intersex y otras identidades. 

El proyecto de investigación “Preservativo para Vulvas”, desarrollado por científicas del Conicet y la organización activista que lleva el mismo nombre, Universidad de Mar del Plata, y el Grupo de Estudios sobre Familia, Género y Subjetividades, del Centro de Estudios Sociales y Políticos, busca un método que garantice el ejercicio y el placer de aquellas identidades que se construyen por fuera del binarismo. "Nos parece fundamental reivindicar el goce como derecho, erotizar el cuidado con profilaxis o con otros métodos para que deje de ser un tabú el cuidado y sea visto como una práctica placentera”, argumenta Jessica Hernández, integrante del proyecto.


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Cómo usar el preservativo vaginal

1. Encontrá el anillo interno del condón y sostenelo entre los dedos pulgar y medio.
2. Apretá el anillo e insertalo lo más profundamente posible dentro de la vagina, asegurándote de que el anillo interior esté más allá del hueso púbico.
3. Dejá el anillo externo por fuera de la vagina.
4. Asegurate de que el condón no se haya torcido.
5. Antes y durante la relación sexual, si es necesario, aplicá un par de gotas de lubricante a base de agua en el pene.
6. Después de la relación sexual y antes de incorporarse, apretá y girá el anillo externo para asegurarte de que el semen permanezca en el interior.
7. Retirá el condón tirando suavemente. Se deshecha. Se usa sólo una vez.

Algunos de los beneficios en el desarrollo del acto sexual

- No irrumpe en la espontaneidad del acto sexual ya que se puede colocar antes y retirar después.
- No afecta la sensibilidad y también genera placer.
- A diferencia del preservativo peneano que solo puede usar lubricantes hidrosolubles, con este método se puede usar cualquier tipo de lubricación.
- No tiene contraindicaciones.


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